5/11/2019

A la antigua


Hoy te amo desde mi ausencia,
sentado en el frío azul de una butaca
– uno más en una hilera de rostros expectantes.
Rostros sin habla con voces de abandono
perdidos en la maraña de líneas telefónicas.
Rostros de espera con labios cancelados
que solo se abren para dar el tono de ocupado.
Uno más, tan solo uno más
en una sala de cabinas asfixiantes.
Y pienso que no hacen falta líneas ni cabinas para amarte,
que me gustaría desenredar en ecos la forma de tu voz
hasta bordear el universo profundo de tus labios
y llegar, ya sin eco, al encuentro de las palabras
que tal vez dejarás de pronunciar.
Por eso salgo al encuentro de la noche
y toco sin prisa las palabras que nacen
y mueren sin llegar al contagio del sonido.
Cargo el eco en los bolsillos.
Abandono las cabinas. Te busco
–Y dejo que el silencio grite
boca a boca.

Por si acaso

Sólo por si acaso
la vida me sorprende en esta muerte
dejo el testimonio de quererte
y cuelgo en este cielo mis abrazos

Sólo por si acaso
no juego a las premoniciones
más comparto contigo mis canciones
y estos versos que son mi voz de paso

Sólo por si acaso
la sangre se derrama de mis venas
sabrás que viví vidas ajenas
y de todas volví a tu fiel regazo

Sólo por si acaso
me espera la parca en un desliz
confieso que ante todo fui feliz
y no acumulo penas en mi ocaso

Sólo por si acaso
me pierdo en la penumbra de esta noche
te pido que disfrutes con derroche
la vida y el tiempo tan escasos

Sólo por si acaso
los nombres se borran de mi mente
brindo por tanta buena gente
que me dio su amistad sin un rechazo

Sólo por si acaso
no pudiera mañana darte abrigo
hija hijo estaré siempre contigo
en este cielo que hoy se cae a pedazos

Sólo por si acaso
amante desconocida y conocida
te dejo este latir de vida
envuelto en un te quiero y un abrazo

Trueque

Te doy mis manos
           porque las desatas
           y les enseñas a dibujar
           el contorno de tu cuerpo.

Mi mirada (que es casi tuya)
           pero sigue ciega
           porque no conoce
           el color de tus ojos.

Algunas palabras todos los susurros
           y con eso lo tienes casi todo
           porque nazco y muero
           entre palabras y susurros.

Las horas y deshoras
           que reman a contratiempo
           y casi siempre llegan tarde
           a los encuentros.

Mis noches
           y con ellas mis insomnios
           y mis viajes de luna
           y mis visitas lejanas
           a mares estrellados.

A cambio
           no pido nada
           y no es renuncia
           es la certeza
           de saber lo que sos
           bajo la piel.

Luego existes

Saber que existes
cambia la perspectiva de la vida
alivia sin más cualquier herida
y aplaza la triste despedida.

Saber que existes
es motivo de canto y regocijo
es hallar en tu universo un escondrijo
y burlar a la muerte en un alijo.

Saber que existes
es saber que la magia sobrevive
crear la utopía e inclusive
encender el fuego que la avive.

Saber que existes
produce arrebatos y temblores
telúrico llamado de tambores
a la cita de todos los amores.

Saber que existes
ahuyenta temores indecibles
le da a la libertad un don visible
y hace que un mundo nuevo sea posible.