AMORES Y MORIDEROS

  Resbala tu ausencia por mi cuerpo el olfato reconoce la fragancia de la muerte desfilan mustias las sombras extraviadas en busca del ser que las encarna un torbellino gira como furia de galaxias y el deseo se estrella contra una barrera de rocas ¿Cuántos centímetros de piel se necesitan para cubrir esta ausencia? ¿Cuántos labios borrarán tus labios? Siento retorcijones en el nido de las mariposas cada poro en la llanura te reclama la amnesia se niega a borrar tu mirada un sudor frío corre hacia la cascada y me arroja con él al precipicio trato de asirme a paredes cavernosas pero mis uñas se quiebran al tacto del frío no hay alma en este espacio vacío. Reconozco que soy adicto a tu recuerdo.

Amo a un fantasma jamás la vi mas la sentí por un tiempo nos quisimos a la manera en que se quieren los fantasmas hubo palabras bonitas halagos bienvenidas la fui imaginando a través de su música publicaba poemas de otros y pensaba que eran para mí alguna vez me habló de su padre y creí a pie juntillas en esa niña risueña también le escribí poemas etéreos claro como los fantasmas no necesitábamos nada más nos imaginábamos cada uno a su manera llegó la pandemia del olvido luego la pandemia de verdad y desaparecí entonces supe que el fantasma soy yo

De ésta no me salvo, ya lo sé. Estoy solo en el paraje, desarmado y avanzan hacia mí legiones tumultuosas. Con tacto sigiloso reconocen mis huellas y toman de lo hondo los rastros de mi alma. Siento su respiración sobre la nuca invasiva candente penetrante. No me engaña su silencio bullicioso ni la verde trampa en la espesura. Puedo sentirlos cerca, ya llegan. Han puesto redes invisibles y marcas que me llevan a su encuentro. Se comunican por claves, lo sé. Buscan la lucha cuerpo a cuerpo, no hay salida. Estoy atrapado en tu celada.